Estanques, bancos, piedras y macetas de colores son algunas de las opciones fáciles de implementar.

Innovar en el diseño de un espacio tan privilegiado, como lo es el destinado para el relax y el placer del contacto con lo natural, puede ser un desafío a nuestra creatividad. Pero hay distintas opciones para darle un toque diferente al jardín o al parque.

-Armar un pequeño estanque a partir de una paila de fibrocemento. Esta especie de palangana, fácil de hallar en los viveros (la hay de 70 cm de diámetro y unos 30 de altura), admite ser pintada. Es una excelente opción para tener repollitos de agua, lentejitas o alguna otra pequeña planta flotante. A su alrededor, en el suelo, pueden colocarse plantas que habitualmente se desarrollan bien junto a estanques, como papiros y calas (sólo hay que asegurarse de que el suelo se mantenga húmedo o que no esté seco por mucho tiempo).

-En las zonas del jardín que se estropean asiduamente (y cuando no se sea afrontar el costo de pintarla con regularidad), se puede recurrir a las plantas trepadoras, como la enamorada del muro. Mantienen sus hojas verdes todo el año y crecen agarrándose solas de la pared. Requieren, aproximadamente, una poda anual.

-En las zonas no transitadas, se puede optar por cubresuelos, como la vinca (flores celestes). Es más fácil de mantener que el césped, disimula desniveles del suelo poco estéticos y resulta una excelente alternativa para aquellos lugares en los que el césped no crece bien (por ejemplo, porque hay mucha sombra).

-Incorporar un camino de piedras. Lo puede hacer cualquier persona y queda bien prácticamente con todos los estilos de casa. Primero, se limpia el terreno, se lo marca y se coloca una tela geotextil (se consiguen en ferreterías); luego se colocan las piedras sobre esta tela. Hay que recordar poner en el borde algo que las contenga (como un listón de madera).
-Pintar las macetas de colores alegres, en el caso de que las plantas no tengan flores llamativas (por ejemplo, Buxus). Esto producirá un buen equilibrio visual dentro del jardín. Importante: si se quisiera pintar la maceta de una planta que tuviera flores vistosas, hay que tener la precaución de que el tono elegido, además, sea armonioso con el de las flores.
-Observar el jardín en su totalidad e identificar un lugar en el cual te gustaría pasar un buen rato. Se puede montar fácilmente un banco armando las patas con ladrillos huecos y pasando listones de madera por estos orificios. Para cubrir las patas, deslizar por sus huecos las ramas de una trepadora. Luego se la dejar crecer hacia un lado (como cubresuelo). Si además es perfumada (como el jazmín de leche), se tendrá un encantador rincón de estilo muy natural para pasar el tiempo.

-Cubrir el suelo de alrededor de las plantas con piedras. La idea es armar un lindo contraste (siempre eligiendo piedras de colores naturales). Sólo hay que considerar hacerlo en sectores en los cuales no haya un recambio regular de plantas y donde las que estén no pierdan muchas hojas.
-Incorporar objetos de hierro oxidado. Está de moda en la ambientación de jardines, y es relativamente económico si lo comparamos con otros materiales. Animales (como hormigas y mariposas), plantas, biombos o cubos, pueden cambiar la onda del jardín.

-Incluir una huerta elevada. Son más cómodas para trabajar y se arman a unos 60 centímetros del suelo. Es factible utilizar diferentes materiales como maderas o ladrillos. La opción más fácil y rápida consiste en colocar maceteros de 60 x 60 cm (o de 50 x 50 cm), uno al lado del otro, hasta alcanzar la superficie deseada. Incluso, pueden armarse filas del ancho de dos maceteros o jugar proyectando distintos diseños con los cubos. (Hay otras medidas, pero conviene recordar que algunas plantas, como los tomates, necesitan más profundidad de suelo que una aromática; por eso se recomiendan las de esta medida).
-Colocar macetas con plantas en diferentes lugares del jardín; no es obligación tenerlas siempre sobre superficies duras (como patios). Además, las raíces de las plantas seguirán creciendo a través de los agujeros, por lo que la planta se agarrará al suelo y se tendrá un ejemplar más grande y sano que si estuviera sobre otra superficie.
-Armar un sector de suculentas. Considerando que se han vuelto casi objetos de colección, se las puede disponer en estantes en una pared del patio o sobre una mesa. La única condición es ubicarlas en un lugar donde estén protegidas de las fuertes heladas.

-Construir una fogata ornamental dentro de un estanque. Una de las premisas para que estas construcciones queden bien y el contexto sea armonioso es elegir con mucho cuidado los materiales.